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Llega el sábado y con él un madrugonazo, de esos que cuando terminas de acomodar los corotos para tu viaje, al rato te tienes que levantar e ir hacia el punto de concentración, así nos ocurrió a todos, nos paramos bien temprano para nuestro encuentro en el parador Cacique Paramacay a las 400h, allí estaban los “muchachos” de Aravak, aun de noche, madrugada lluviosa y caras soñolientas pero con reservas de entusiasmo, saludo breve y partida, no había tiempo que perder, todos rumbo troncal 1 o Regional del Centro, vía hacia Carabobo, buscando los predios de aquella Sierra de Manuare, nuestro objetivo.
El inicio de la travesía offroad comenzaba casi a las 545h, lluvia y mas lluvia, día fresco, amanecer gris pero con gran expectativa, mucha precaución al conducir, baja velocidad. A las 700h aproximadamente se escucha un grito por la radio ¡¡¡Desayuno!!!, había llegado el hambre. Nos bajamos en Belén (Estado Carabobo) para comer unas deliciosas empanadas, cachitos de fiambre, jugo, etc. Pertrechos y avanzado para ganar tiempo, era el momento de ascender hacia la sierra, aquella cordillera de lomas tenues y sedimentarias con ese característico verdor de matices que siempre nos acompaña cuando hacemos paseos montañosos.
Como toda sierra, el ascenso es leve y prolongado, pendientes suaves, pasos de mediana dificultad, lodo, piedras, considerable erosión hídrica, desprendimientos y fallas de borde. Al cabo de un rato aparece el río “La Florida”, que posteriormente se convierte en el “Tiznados”; allí comenzó nuestra emoción ya que debimos haber sorteado mas de 15 pasos entre riachuelos y afluentes importantes, el incremento de la dificultad aparece en el momento en el que llegamos a cotas cercanas a 1100 msnm, allí la vegetación cambia drásticamente y la calidad del suelo también.
Pilotos y copilotos muy pendientes de todo el trayecto, las lluvias leves pero incesantes nos obligaron a bajarnos varias veces, también fue necesaria la recuperación de algunos vehículos atascados. Una falla mecánica nos obligó a remolcar un vehículo por casi la mitad del trayecto en la sierra, pasos con fallas de borde, peligros por erosión e incluso cruces de ríos con corrientes considerablemente peligrosas. Quizás ésa fue la parte más resaltante de nuestro viaje ya que pusimos en práctica varios elementos y técnicas de recuperación, una batalla entre la naturaleza y la perseverancia.
El compañerismo fue el vencedor de algo que parecía vencido, allí estábamos, logramos pasar dos vehículos. El río creció dividiéndonos en dos grupos, más la amenaza de lluvia. La corriente casi arrastró a dos de los peatones que intentábamos cruzar, para llevar elementos de recuperación. Casi anocheciendo la naturaleza nos dio una oportunidad, una ventana, bajó el caudal del río La Florida, cesó el estruendo y con la voluntad y las ganas de continuar seguimos hacia adelante. Nuevos cruces de ríos nos inquietaban, pero en esta oportunidad tuvimos mejor suerte y mejores condiciones climáticas.
Poco antes de llegar a nuestro sitio de pernocta a casi 60% del trayecto de la sierra, tuvimos que detenernos ya que los vehículos remolcador y remolcado estuvieron cerca de volcarse debido a una erosión considerable en el camino, nuevamente el compañerismo, trabajo en equipo y los elementos de recuperación nos ayudaron a salir airosos de esa situación.
Cae la tarde, se oculta el sol y justo en ese instante por consenso llegamos a una meseta o corte de montaña con excelente mirador, allí pernoctamos, llegó el descanso tan ansiado, a reponer energías. Lo primero en nuestras mentes fue saciar el hambre ya que fueron más de 16 horas al volante consumiendo bebidas y comidas rápidas. Armamos campamento y de inmediato aparece la feria del asado, es increíble que esto ya sea una costumbre de nuestro grupo, parece un festival parrillero ya que cada vehículo coloca su parrilla cerca del otro y allí es cuando terminamos cocinando nuestros asados simultáneamente, se supone que cada vehículo es autónomo en materia de alimentación pero en estos asados todos intercambiamos comida. Además en esta oportunidad contamos con una gran guarnición de pasta fría con pollo, celery y otros ingredientes sabrosísimos gracias al Amigo Daniel Blanco y a su amiga Cáterin.
Es importante mencionar que durante la parrillada conjunta nombramos con merecido merito a dos nuevos miembros oficiales, ellos fueron Tony y Daniel, ambos reunieron los requisitos y aprovechamos este viaje para darles la bienvenida a la familia Aravak, esperamos lo mejor de ustedes y para ustedes durante su trayectoria dentro del grupo.
Con barriga llena y corazón contento, un reducido grupo de amigos comandados por Juan, decidieron revisar el vehículo que presentó problemas, et voilà! Lo resolvieron, era cuestión de calma; grandioso porque ese vehículo pudo continuar el resto del trayecto por sí solo, no era nada grave realmente. El domingo ya en descenso llegamos a Cantagallo (Estado Guárico), de allí nos dirigimos hacia San Juan de los Morros, luego Villa de Cura, parada para almorzar en un restaurante y finalmente ruta hacia casa.
¡Caramba!, no podría cerrar este relato sin mencionar el compañerismo manifiesto durante toda la jornada, amigos, miembros oficiales, invitados, aspirantes etc., todos se comportaron muy bien, la calidad humana superó mis expectativas, paradigmas y etiquetas. A todos los quiero felicitar, estuvo muy bien, con esfuerzo cada vez será mejor.
Un reconocimiento especial para Tony y su equipo por la gran ayuda prestada al vehículo accidentado, a Gregorio y su equipo por secundar esa ayuda, Jesús y Alejandro por la destacada labor de salvamento y recuperación en el río La Florida, a Luis, Gabriel y Juan por el apoyo mecánico prestado, a Daniel, Eleazar, Jorge, Eduardo, Gabriel e Iván por toda la ayuda recibida en cada obstáculo, a todos, cada quien aportó mucho.
Eso fue Belén - Cantagallo, Sábado 5 y Domingo 6 de Mayo de 2012
Mdiez
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