viernes, 13 de febrero de 2015

Cascada de Chaparral 2014

Esta vez si...
Después de un intento fallido el año pasado, una planificación acorde para un viaje con el cual no teníamos certeza de que esperar y varios aplazamientos porque no nos poníamos de acuerdo con la fecha, finalmente logramos concretar el Paseo a las Cataratas de Chaparral, Estado Falcón, Venezuela.
Estas cataratas se encuentran ubicadas en el Municipio Monseñor Iturriza, relativamente cerca de la costa este del Estado Falcón, zona por la cual se tiene acceso a ellas. La vegetación de la zona es de bosque tropical y se encuentran a unos 244 msnm.
Partimos de Caracas el jueves en la noche vía Tucacas, punto en donde pasaríamos la noche para poder afrontar el paseo con energías renovadas y relativamente cerca de la entrada del camino.
Nos levamentamos temprano, salimos vía Sanare, recargamos combustible, llenamos bidones e ingerimos un suculento desayuno en una pintoresca quesera del pueblo. Cachapas y arepas para todos, lo suficiente para poder aguantar una jornada de trabajo offroad.
Para llegar a las cataratas hay dos opciones que dependen del Río Tocuyo, río que nace entre los estados Lara y Trujillo, en la cordillera andina a unos 3652 msnm y que desemboca en el Golfo Triste, es decir, la costa Este del Estado Falcón, famosa por estar allí ubicado el Parque Nacional Morrocoy, uno de los principales atractivos turísticos de este bello país.
Cruzar o no el Tocuyo hace la diferencia. Decidimos efectuar nuestro viaje sin cruzarlo ya que en nuestro intento anterior perdimos bastante tiempo buscando ese paso  para darnos cuenta que el caudal hacía imposible vadearlo. Cabe destacar que en ese punto un puente se cayó hace años y no lo han reconstruido aún a pesar de que se nota que en algún momento iniciaron la obra. Los lugareños utilizan una tirolina para pasar ellos, sus cargas y sus motos, bien pintoresca la imagen.
La otra opción, por su puesto, era no pasar el río. Cruzar a la izquiera en la carretera nacional que nos lleva a Coro, entre Sanare y Yaracal, justo antes de pasar el Tocuyo por el poblado de Santa Rosa fue la decisión tomada.
El año pasado al no poder vadear el río intentantamos este camino, pero al llegar a uno de los potreros del camino decidimos no seguir, estaba totalmente anegado, ya era relativamente tarde y no teníamos mucha gasolina. Este año la vía estaba más seca en general, un punto previo en el que perdimos un par de horas por culpa de un pegajoso barro este año fue un paso sencillo. Después de este pegadero hay un maravilloso paisaje bordeando una loma, paisaje con una laguna y unos morichales que este año estaban menos frondosos, lástima.
En este potrero nos detuvimos un rato para estudiar el terreno comprobando que estaba mucho más seco que la otra vez. Todos nos bajamos y caminamos decidiendo la ruta a tomar. Pasamos sin absolutamente ningún problema. Al final de este potrero nos conseguimos un paso totalmente destruido con un par de tubos de concreto de 2 metros de diámetro tirados allí. Alguien trató de hacer algo allí, pero se le olvidó seguir. Echamos marcha atrás para pasar por otro sitio a través de un falso. Abrir y cerrar falsos fue la actividad de los copilotos en estre trayecto, más de uno se estaba quedando dormido o quejando.
Más adelante nos encontraríamos otro paso en el que la gente de la zona improvisó un puente con un chasis de un camión y unas tablas, apto para personas, motos y bestias. Nos tocó volver a bajarnos para estudiar ya que la salida del paso era considerablemente inclinada. Pasamos sin ningún contratiempo.
Seguimos rodando y nos conseguimos un caño. Siguiendo la vía nos dimos cuenta que esta terminaba en el mismo caño. Nos bajamos a observar el sitio. No se veía tan complicado, pero teníamos que ver hacia donde ir. Súbitamente empezamos a escuchar gritos desde lo lejos, uno de los copilotos se dirijió a la fuente de los gritos, era un campesino indicándonos que por allí no podíamos pasar, debíamos regresar, abrir un falso (otro más) y cruzar por ese potrero. Listo, problema resuelto, y llegamos a la vía que viene del Río Tocuyo.
De allí en adelante teníamos de guía varios puntos de GPS sacados de Google Earth siguiendo el camino de tierra. Cruzamos un caño varias veces, nos recordamos de algunos paseos como 32 Ríos o La Democracia.
Conseguimos un tapón vegetal. Llegó el momento de prender la motosierra. Un gran limonero estaba caído en el medio de la vía, sus espinas molestaron a más de uno de los que allí fueron a ayudar, machete en mano, a quitarlo. Fue rápido, seguimos subiendo.
Pasamos un punto por el que se había volcado un vehículo de grupos que habían ido allí recientemente, los restos de un parabrisas roto eran la prueba. No entendimos que pasó allí, suponemos que pasaron de noche o distraídos.
Siguiendo los puntos nos desvíamos de la vía "principal" para llegar a una laguna sin salida. Por allí no era. Regresando nos conseguimos a un vaquiano que nos explicó como llegar: "Se regresan a la vía, siguen rodando y cuando vean una casa sobre una loma, están pendientes y se meten a la derecha" Así hicimos.
La vía se fue poniendo cada vez más estrecha y la vegetación más tupida, estábamos entrando a un bosque. Hace rato ya habíamos sentido la alta humedad del ambiente a pesar de que no hacía tanto calor. Llegamos a un punto en donde no pudimos rodar más y quedamos todos en fila india. Había una bifurcación, hacia la  derecha tres motos estacionadas delante de una alambrada y a la izquierda un camino de bestias. El grupo se dividió espontaneamente en dos, unos se fueron a explorar a la izquiera, otros se quedaron allí. Habían pasado casi 4 horas desde que salimos de Sanare.
A medida que se caminaba por el bosque, el sonido de caída de agua era mayor, algunas pequeñas lagunas y un caño, que ya resultaba ser el Río Chaparral, nos anunciaban la llegada a las cataratas.
Una vez en el sitio la sensación no fue lo grata que esperábamos. A parte de tres niños con sus bestias "aparcadas" a un lado que jugaban allí, nos encontramos unas cataratas que parecían más un pozo por la relativamente poca agua que caían de ellas. La situación precaria de las cataratas ha sido denunciada con anterioridad, caminando un poco más pudimos constatar como parte de la montaña está devastada por la tala. Regresamos al punto, hablamos con los niños para comprobar que esas fueran las cataratas, pero no había duda, esas eran, una foto sacada de Internet era muy parecida a lo que nos encontramos.
Regresamos a los carros, el otro equipo salió a ver nuestro objetivo, volvieron después de echarse un chapuzón y empezamos a dialogar. ¿Qué hacemos?
Acampar dejando los carros relativamente lejos no parecía agradarle a nadie, pasar el día allí para después salir tarde, tampoco. Nos hidratamos un poco, charlamos amenamente un rato fantaseando con el hecho de que las Cuevas de Zumbador estaban a sólo 5 kms lineales de allí y decidimos irnos. Cumplimos el objetivo.
De regreso llegamos al punto en donde de venida entramos a la vía que viene del río Tocuyo. Por radio se escuchó "¿Y si vamos a ver el río? Está cerca..." Para allá fuimos.
Al llegar al río paramos primero en la tirolinea, jugamos un rato. El río no se veía tan imponente como el año pasado. Seguimos rodando hacia el paso. En efecto, no estaba ni remotamente tan alto como el año pasado. Una prolongada bajada nos lleva a la orilla del río, la hacemos a pie.
Un lugareño se nos acerca, nos dice que recientemente pasó una Hilux, también nos dice que por allí sólo pasan 4500. Esa frase fue suficiente para activar la posibilidad de vadear el río, en offroad es muy fácil picar a alguien. Uno de los pilotos se metió al río, y siguiendo indicaciones de los lugareños ubicó el mejor camino. Había un punto, ya cerca de la otra rivera, que nos preocupaba, el agua le llegó al pecho, pero sólo por unos metros.
El grupo de dividió en dos, los que estaba considerando seriamente vadear el río y los que consideraban que nos había ido muy bien hasta entonces y que no valía la pena correr ese riesgo. Eventualmente la discusión se tornó en un "Si tu pasas, yo paso" Faltaba decidir quien se metía primero. El piloto que cruzó a pie seofreció.
Todos nos pusimos a trabajar, punta de eje del otro lado del tío con guaya y cincha en caso de necesitar rescate con winche hacia adelante, el siguiente carro quedó listo desde el punto de partida con la guaya de su winche lista por si hacía falta hacer un rescate en reversa. Los cuatro copilotos se quedaron metidos en el río, cargando la cincha y listos para dar indicaciones, empujar, enganchar, etc.
Arrancó el primer vehículo. Todo bien. Fácil. Llegó al punto complicado, se hunde y empieza a flotar. Pierde tracción, la corriente lo mueve un poco pero siempre avanzó. Sale del río sin problemas. Si se puede cruzar.
El siguiente vehículo está listo, todos listos y arranca. Sigue al calco el trayecto, llega al punto complicado y se hunde, y se hunde mucho más, no flota, es un vehículo mucha más pesado. Sigue rodando y sale del agua luego de que el río le llegó a tapar la parte delantera del techo. Todo bien.
Viene el siguiente. Mismo libreto. Se repite la ruta, llegada al punto complicado, agua hasta casi el final del parabrisas, flote, un pequeño empujón de los copilotos desde afuera y listo, pa'fuera.
Y finalmente el último, ya con el río más crecido, se repite la ruta. El vehículo va un poco más pegado a la derecha (alejándose de la salida) que los anteriores. Cruza en el punto más profundo y chapuzón. El agua tapó casi por completo el parabrisas, flote por más tiempo que los anteriores, empujón de los copilotos y listo.
Lo que había sido casi un plácido paseo se volvió en una emocionante experiencia con ese último vadeo. Los pilotos con ese shot de adrenalina dejaron de hablar de ir a otros sitios, regresemos a Tucacas, una parrilla y piscinada para coronar otra excelente ruta ecoturística offroad concretada por Aravak 4x4. ¡Seguimos sumando destinos!

Vehículos:
Merú
Burbuja
2 Monteros Dakar

Equipamiento:
Todos los vehículos contaban con winch operativo.
Bidones de gasolina.
Cinchas lasrgas y abraza árbol, poleas, guayas extensoras y grilletes.
Motosierra.
Picos, palas y machetes.

Ubiaga


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